martes, 3 de marzo de 2009

SOBRE LOS RESULTADOS DE LAS ELECCIONES GALLEGAS Y VASCAS

De los resultados de cualquier proceso electoral se pueden concluir básicamente dos cosas: que unos han perdido o que otros han ganado. Las dos cosas normalmente no se producen a la vez. Vamos a trasladar esta aparente verdad de Perogrullo a los dos procesos electorales recientemente celebrados en España, mediante dos titulares inequívocos.

 1/ Elecciones gallegas: el PSG-PSOE y el BNG han perdido las elecciones.

 2/ Elecciones vascas: el PNV y el PSE-PSOE han ganado las elecciones.

 ¿Por qué el PSG-PSOE y el BNG han perdido las elecciones? Pues porque el que estaba en el Gobierno y ya no lo está es el evidente perdedor. Como se trata de nuestro partido, lo coherente es lo que ha hecho Touriño, es decir, presentar su dimisión, sobre la que volveré más adelante. Lo que haga el Bloque, pues allá ellos.

 En el segundo caso, al haber dos formaciones políticas que han ganado las elecciones (las dos han ganado votos y escaños), el problema se plantea a nivel de los apoyos externos que cada uno puede llegar a tener para gobernar. Es terrible la campaña que el PNV está realizando contra Patxi Lopez para que asuma que Ibarretxe tiene que seguir siendo lehendakari. Están ofreciendo una resistencia atroz a perder un poder que llevan acunando durante 30 años. Su grado de identificación con el poder es tal, que no dudan incluso a recurrir al chantaje de tomar represalias en Madrid para vengar lo que ellos suponen una afrenta.

 El propio Arzalluz, gurú y algo más del nacionalismo vasco habla de elecciones adulteradas. Tal y como hizo el PP cuando la victoria de Zapatero en el 2004, poniendo en duda la limpieza democrática, simple y llanamente porque ellos no habían ganado.

 Vuelvo a mi teoría acerca de los nacionalismos central y periféricos. Ambos se necesitan para poder dar carta de naturaleza a sus incontrolables ansias de mando. Ambos suelen tener una visión exclusivista, centralista y patrimonialista del  poder. Les cuesta perder el gobierno, acuden a todo tipo de tretas y estratagemas para evitar que se consume lo que es normal e higiénico en democracia: la alternancia. Todo es perfecto cuando ganan, pero cuando pierden…

 Pues bien, en este contexto, la dimisión del compañero  Emilio Pérez Touriño supone un ejemplo democrático de lo que un dirigente político debe hacer cuando pierde. Sin duda el PSG-PSOE ha cometido errores que le han costado las elecciones. Pero es más importante el comportamiento que los partidos tienen ante las derrotas que su actitud ante las victorias, así como el de sus dirigentes.

 En ese sentido, los socialistas –al márgen de los análisis que hagamos de otra índole, que sin duda, deben hacerse y pronto-, debemos sentirnos orgullosos de pertenecer a un partido en el que sus dirigentes siempre son coherentes con el veredicto de las urnas y asumen sus responsabilidades, tanto en la victoria, como en la derrota.

 Por último, destacar el otro ejemplo palpable de lo que digo: la actitud de Patxi López quien ante las afrentas del PNV  está teniendo un comportamiento ejemplar, en cuanto a  moderación y responsabilidad. Me reafirmo en todo lo anteriormente afirmado.

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