Ahora que se acercan dos procesos electorales autonómicos en España, conviene reflexionar acerca de lo que unos y otros proponen. Sus propuestas tienen una directa relación con su origen nacionalista o no nacionalista, en otras palabras, partidos conservadores o partidos progresistas.
Los partidos nacionalistas en el territorio español son de origen, principios e ideología burgueses, es decir, de derechas, mientras que los no nacionalistas son de origen, principios e ideología progresista, internacionalista y solidario –por lo que algún partido nacionalista que se declara de izquierdas alimenta en su seno una esquizofrenia de imposible solución-.
Los nacionalistas pretenden, en el ámbito de su actuación un proceso de uniformización que consolide una identidad única en alguno de los ámbitos social, político, étnico, religioso, lingüístico, territorial, etc., o de todos juntos, con la finalidad de tener una sociedad supuestamente cohesionada y fuerte o desigual con respecto a otros, según los casos. En su proceso de desarrollo necesitan de la existencia de otros nacionalismos frente a los que afirmarse, bien sean éstos centrípetos (de ámbito estatal, caso del PP) o centrífugos (de ámbito inferior al estado al que pertenecen, PNV, Bloque Galego o CiU). Apelan como instrumento para conseguir sus objetivos al sentimiento y la irracionalidad, dudosamente democráticos ambos. Aunque hayan conseguido algunos éxitos, particularmente en el terreno del lenguaje político y en la definición maximalista de identificar a un buen ciudadano sea español, catalán, vasco o gallego con sus planteamientos nacionales.
Pero olvidan que la sociedad española en su conjunto está compuesta por ciudadanos, libres, diversos e iguales. Una sociedad madura que sabe que lo contrario de la igualdad no es la diferencia, sino la desigualdad y que precisamente lo contrario de diferencia es uniformidad. Si hay un partido que ha entendido esto con claridad ése es el Partido Socialista. Al contrario que los nacionalistas, llámense Partido Popular o PNV o Bloque Galego, entiende que la fortaleza y cohesión de la sociedad española radica precisamente en su diversidad, producto de siglos de configuración por diferentes pueblos y razas. Nada mejor que observar la estructura organizativa del partido para comprender lo que acabo de afirmar. Pero es que, además es un partido en cuyas señas de identidad han encontrado acomodo las palabras igualdad, fraternidad, solidaridad, racionalidad. Solo el Partido Socialista está en condiciones de cohesionar España con arreglo a estos principios que, por otra parte, son los únicos posibles para que todo el mundo se sienta cómodo en este proyecto común.
¡No te dejes engañar por los cantos de sirena que apelan a tus sentimientos, a tu irracionalidad!
¡Atiende a los argumentos, a la razón!
¡Solo el Partido Socialista Obrero Español tiene un proyecto integrador y no excluyente!
¡Piensa en ello cuando vayas a votar!
JCF 2009
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